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  Por las sierras de Cordoba-San Luis
 

Aca vemos al doctor acomodando las "almejas" como el le llamaba a sus alforjas,  aquella mañana que partimos desde villasol, en cordoba capital

Era un dia soleado y pedaleamos por la ruta que nos llevo  hasta La Calera, un pueblo   a 16 KM de nuestra partida, luego de algunas subidas y curvas llegamos al embudo, en el dique San Roque en Carlos Paz y tomamos el camino de las 100 curvas, en plena bajada Matias pincho su rueda trasera y un lugareño se ofrecio a llevarlo hasta una bicicleteria donde nos aprovisionamos de lo que no habiamos comprado antes de partir.
 En Carlos Paz almorzamos algo y dormimos una pequeña siesta para luego continuar nuestro  viaje.
Seguimos hasta Cabalango en un atardecer calido, luego de varias subidas y
a habiamos llegado hasta alli y nos sentiamos triunfadores, pero el camino era largo y empinado aunque muy amigable, con paisajes irreconocibles a velocidad de automovil.  

Desde Cabalango luego  de una charla amena con un grupo de jubilados en pleno tour otoñal, continuamos por escarpados caminos de tierra hasta llegar a Tanti, desde donde tomamos la ruta hacia El Durazno, nuestro destino del dia.





















































El Durazno no era un pueblo como esperabamos sino mas bien un conjunto de casas de veraneo, y con el anochecer proximo a nosotros decidimos acampar al lado de la ruta. Quizas no era el mejor lugar pero habia un lindo pasto bien cuidado que nos sirvio de colchoncito extra para nuestras espaldas. El primer dia habia sido agotador y exigente tanto fisica como mentalmente, pero a la vez demasiado divertido y satisfactorio.
Al dia siguiente, ya de mañana desayunamos y partimos rumbo hacia los Gigantes. Atravesamos grandes pampas y paisajes envolventes con caminos sin fin rodeados de belleza por doquier.
Hicimos una parada en un maravilloso lugar llamado Cerro Blanco donde compramos algunas provisiones, nos hidratamos, descansamos y nos informamos un poco del  lugar.






 






























Cerca del medio dia descansamos y almorzamos a la orilla de un arroyo seco, en medio de un camino desolado. De vez en cuando hacia aparicion algun auto que saludaba o algun caballo al trote. Una de las cosas que nos sorprendio fue ver dos condores revoloteando en circulo alrededor nuestro, bien alto, luego caian en picada y volvian a subir, por suerte bajaron a tierra lejos nuestro lo cual significo que nostros no eramos su almuerzo (por suerte)





















































































Continuamos luego del almuerzo y recorrimos unos pocos kilometros hasta llegar a unas bajadas zizagueantes q nos condujeron al rio Yuspe.
Recien entraba el atardecer pero decidimos que ese era el lugar indicado para pasar la noche.


Luego de recorrer el lugar  y armar la carpa, nos bañamos en el rio, tomamos mates y hasta hicimos una picada con cerveza. Al anochecer hicimos una pequeña fogata y cenamos


El rio Yuspe es un rio maravilloso con agua bien fria, y su cauce alberga formas extrañas talladas por el agua en las rocas 








Al dia siguiente, febo nos desperto acompañado de sonidos de aves y agua, mientars iluminaba la formacion nubosa que acariciaba la cima de los gigantes




Tacitamente ninguno de los dos queria dejar ese maravilloso lugar, pero sabiamos que el camino nos esperaba y que nos iba a acompañar enseñandonos todos sus lugares


Seguimos viaje por la ruta de tierra y comenzamos a trepar nuevamente durante practicamente toda la mañana, estando en la cima de las sierras el viento golpeaba nuestras caras y el frio se hacia notar, el cielo se habia puesto nuboso cuando arribamos a unas casas abandonadas semi derruidas donde descansamos un largo rato. Cuando decidimos continuar, me di cuenta que tenia una rueda pinchada, lo que me puso de mal humor, pero enseguida la arregle y continuamos nuestro viaje 
















Una vez que pasamos Cuchilla Nevada el camino comenzo a descender abruptamente y pasamos por lugares inohspitos nunca antes imaginados por nosotros, atravesamos rios, arroyos, pampas, pueblos, un hotel en plena construccion con una vista privilegiada, hasta llegar a Tala Cañada.





Una vez alli el camino se hizo un poco mas llano, atravesamos  el rio Jaime y llegamos a Taninga.
Lo habiamos hecho!!!! habiamos atravesado las Sierras rodeando a los Gigantes por su ladera norte. El dia comenzaba a declinar y nosotros decidimos tomar un descanso ya que las bajadas que habiamos hecho nos habian cansado un poco. En Taninga (. com) tomamos la decision de que a pesar del cansancio y la hora, ese dia llegariamos a Cura brochero.
nos ajustamos los cascos y continuamos viaje ya por ruta de asfalto lo que se nos hizo un poco mas liviano sumando tambien la ansedad. y la bajada.
En el camino pudimos observar las sierras desde otro punto de vista y palmares que le daban al atrdecer otoñal un aire acogedor.
Antes de llegar a destino relizamos Una de las mayores bajadas en asfalto iluminados por el atardecer que nos imprimio recuerdo indelebles en nuestras cabezas frescas 









En Cura Brochero esperamos a un amigo del dr Jaimez , el dr Diego Figerio, el cual nos recibio de maravillas en su casa y nos hizo un asado espectacular, nos llevo a recorrer la zona e hizo  de el un afitrion impagable













Al dia sigiente seguimos recorriendo la zona con Matias con poco peso ya que pasariamos otra noche en casa de Diego. Visitamos Mina Clavero, Nono, donde el amiguito de la Z (foto superior) descanso un poco y tomo sol. Por la noche fuimos a cenar a Mina Clavero donde acompañamos con bocinazos y gritos de alegria a un cortejo de recien casados.





Al dia siguiente acompañe a Matias hasta la terminal de Mina Clavero, desarmamos sus alforjas, su bicicleta y partio rumbo a sus obligaciones en cba. snif snif


Yo continue viaje solo, rumbo al sur atravesando San Sebastian, Nono,La Aguadita, Las Rabonas, Los Hornillos, Los Pozos, hasta llegar a las Tapias, este camino fue mayormente bajadas con lomos de burros y poco transito, luego tome el camino hacia San Javier de Yacanto donde almorze y descanse. San Javier era un pueblo pendiente por visitar, si bien es chico, es un lugar llamativo y su gente bastante hospitalaria.
Luego continue hasta llegar a Merlo, en San Luis, donde me informe un poco sobre el camino planeado y vi que era laaaargo y muy empinado.
Comenze a subir hacia el filo (la cima de las sierras) y el anochecer y el hambre me obligaron a levantar campamento, tuve que hacerlo a orillas de un arroyo, desde donde el atradecer y luego la noche ,se contemplaban como  en primera fila.
Al amanecer levante campamento y comenze  a caminar un poco la subida como para entrar en calor y cuando decidi subir  a la bicicleta, no podia pedalear, era demasiada empinada la subida. 



Comenze a pensar que aun me quedaban 18 km de la misma subida y que jamas lo lograria, baraje otras opciones como tomamare un coletivo je, o bien subir caminando, pero ninguna me convencio asi que comenze a pedalear y el esfuerzo mermaba a cada rato, era intermitente, eso me permitio aumentar mi autoestima y continuar hacia arriba




En el camino me encontre con algunos ciclistasque bajaban y eso me daba fuerzas para continuar, aunque ellos habian subido sin peso, je, igual continue y cerca de las 10hs de la mañana les toco el turno a los jubilados, subian en los micros y alentaban desde alli.
En la cima descanse y hable con un artesano que se encontraba alli que me indico las condiciones del camino que pensba tomar.
Comenze a bajar hacia Cordoba, en una ruta de tierra y un auto con una pareja que venia en sentido contrario al mio se freno y me pregunto casi llorando si faltaba mucho para el asfalto. yo les respondi que no, que eran 500 metros nomas y se fueron aliviados. Eso me daba a entender el estado del camino que me tocaba. A poco andar se me presento el primer piquete vacuno jeje, asi que tuve que espantar un par de vacas para continuar mi camino.


El camino etsaba practicamente destruido, mucha piedra greande y chica, barro, badenes, si bien era una bajada pronunciada, habia veces que no podia ir a mas de 6 km x hs, para colmo se me vino un tormenton encima, por suerte paso de largo y solo cayeron unas gotas finas nomas.


A mitad del camino me tope con otro piquete rural pero en este caso eran ovejas y eran mas asustadizas que las vacas, pero habia que tener cuidado pues corrian en todas las direcciones y yo me sentia un pastor en escocia con tantos ovinos a mi alrededor.


Al atrdecer me desvie de mi camino para pasar la noche en un caserio llamado Lutti. Descendi por el camino con el arroyo Lutti al ado del camino y llegue hasta el paraje la gloria. Alli levante campamento.
Descanse por la tarde y hable con el dueño de casa, tambien conoci a a otro cicista que andaba de viaje y hasta unos sanjuaninos que eran amigo del dueño de casa



El lugar es increible, un arroyo de aguas frescas, un puente a nivel de piedra, una pequeña cascada, sombra y pasto para descansar. Luego de unos mates al abrigo de un sauce volvi al lado de la carpa y unos perros me habian comido toda la comida incluyendo los fideos y el arroz, lo unico que se salvo fue un trozo de pan y unas paltas que habia cosechado en el camino, y esa noche fueron manjar de reyes.

Esa noche decidi cambiar mi rumbo y dirigirme a Pinar de los Rios directamente, sin rodear todo el embalse cerro Aspero, para ello debia dirigirme por una huella desde donde me encontraba y la verdad que no sabia como iba a resultar todo.
A la mañana siguiente luego de una noche lluviosa,  Don Pablo (dueño del paraje) me invito a tomar unos mates con leche recien ordeñada y aproveche para contarle de mi idea. El me indico  bien el camino ya que habia que sortear tranqueras y en ocaciones la huella se bifurcaba. Pablo fue un buen guia asi que tome la bicicleta me despedi y parti rumbo a Pinar de los Rios


Al principio la ruta era un camino de tierra, luego de algunos kilometros, arroyos y curvas, se transformo solo en una huella de auto, el dia corria y luego de tranqueras, toros y perros se trasnformo en una huella de animales  y al final contra un arroyo, la huella desaparecio, comence a seguir arroyo abajo bordeandolo con mi bici a un costado pero en un momento dado esto se volvio imposible y tuve que trepar por las sierras y buscar huellas de vacas ya que el arroyo desaparecia hacia el otro lado del que me encontraba. Encontre otra huella de vaca y la segui hacia abajo en unos de los momentos mas plenos e intensos del viaje, segun mis calculos no deberia faltar mucho para Pinar de Los Rios, solo me quedaba un ultimo obstaculo EL RIO GRANDE.
Cuando lo vi pense que ya  llegaba a mi destino, pero una vez que encontre la pasarela que Don Pablo me habia indicado por la cual podria cruzar el rio, me desilusione ya que por la lluvia de la noche anterior el rio habia crecido y se tornaba imposible cruzar con la bicicleta. Camine rio arriba, rio abajo, pense  e investigue todos los rincones del rio por los cuales se podia cruzar, pero  la bici hacia imposible esta tarea


Luego de convecerme que me iba a ser imposible cruzar ese rio con la bici y las alforjas a cuestas sin correr ningun peligro, tome el camino de regreso por donde habia venido. Un poco desilusionado pero a la vez contento porque habia aprendido una limitacion, y como al agua le tengo mucho respeto...............
Asi que pase otra noche en el paraje La Gloria y al dia siguiente continue hacia el lado de embalse, en el camino me tope con dos cicloturistas porteños que habian salido dessde cba y se dirigian a Merlo, dos grandes que me enseñaron que no  hay edades para divertirse y pasarla bien haciendo lo que a uno le gusta.  


Pase por Amboy, un dique  gigante, San Ignacio y llegue hasta la ruta de asfalto que me llevo por Santa Rosa de Calamuchita y despues a Villa gral Belgrano. Luego de la foto turistica obligada me dirigi al camping Rincon de Mirlos un lugar sensacional que me gusta mucho. Alli pase la noche , no sin antes comer un asadito con Diego, el cuidador del lugar. Por la mañana tome unos mates con Flor, Sole y Martin, de la estacia donde esta el camping y agradecido por haberme brindado estadia emprendi mi regreso






El camino estaba tranquilo sin demasiado transito y sin nada relevante excepto el paisaje claro esta, que apesar de conocerlo bastante por esa zona, no dejo de sorprenderme


Llegue a cordoba cerca del anochecer y con una tormenta pisandome los talones, pero con felicidad en mi cuerpo que se notaba en mi rostro. Fue un viaje muy singular por la compañia que tuve, los dias pedaleados, los lugares visitados y la gente que conoci. 











A mi amigo Matias Jaimez (dr. Lacho)












 


 
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